martes, 16 de febrero de 2010

Hoy pasaron dos cosas curiosas en el camión mientras dormía plácidamente. Primero me desperté ante la sorpresa de que tocía porque me estaba ahogando con mi propia saliva y segundo me desperté porque mi cabeza sucumbió a la gravedad y en verdad me di un buen golpe con el asiento de alado.

No hay comentarios.: