jueves, 2 de diciembre de 2010

Un día me desperté y no me reconocí. Estaba en mi cuerpo, pero no vivía dentro de él. Mis ideales estaban adentro de mi cabeza, pero no actuaba conforme a ellos. El espejo mostraba mi rostro, pero mi cara no mostraba mi sentir.

Ya no confío en mi mismo. Mi cuerpo no hace lo que le pide, hace lo que quiere. Ya no soy yo.

Quizá estoy escondido en lo más profundo de mi ser. Quizá...