domingo, 28 de octubre de 2007

La (no) tan esperada segunda parte del camino!


Sabrán mis cuatro lectores que ha pasado demasiado tiempo de una entrada a otra. No es el propósito de esta entrada dar el por qué, pero en resumen fue por que no me dí el tiempo (siempre tenía la excusa de falta de tiempo e iluminación por decirlo así). Pero bueno había que seguir.

Estábamos en febrero, acabó una jornada y para entonces yo era más constante en las juntas de los jueves. Ya habían comenzado las juntas de misiones de semana santa en la nati. No me pregunten que fue lo que me motivó a ir, porque ni yo lo sé, sólo sé que hubo muchas llamadas aunque la mayoría fueron astutamente evitadas por mí, pero finalmente me caí del caballo, y decidí ir a la primera junta. Domingo a las 10 de la mañana, llego esperando ver mucha gente (después de todo mucha gente se va de misiones). El total de la junta eramos 8-10 personas contando a los guías. ¿Esto es una junta de misiones? ¿Me levante a las 10 de la mañana para que luego haya gente que tenga la confianza de no ir a las juntas para que luego de todos modos los dejen ir? ¡Además todo esto es una estupidez!, ¿escribir yo en un rota folio la razón por la que me quiero ir de misiones? !Qué ellos me la digan yo como voy a saber que hago aquí!

Más o menos así pensaba en esos instantes. Entonces tome la "sabia" decisión de faltar ya no me acuerdo si a las siguientes 2 o 3 juntas, (luego me dí cuenta que muchas cosas que después no sabía ahí las tenía que haber aprendido) después supongo que pensé que ya era mucha flojera o algo por el estilo, la verdad no me acuerdo, pero ya fui al resto de las juntas. En resumen se puede decir que las juntas me sirvieron para darme una idea de lo que venía, claro que después me dí cuenta que mi idea estaba como a 100 años luz de la realidad.

Viene el retiro de misiones, que más que retiro es un día entero que te vas en este caso a una quinta y vives varias cosas. Para empezar: integración, prácticamente nos hicieron hablar con todos y cada una de las personas que fueron al retiro, que habíamos visto en juntas pero ni esperanzas de hablar con todos. Comemos (aun que no lo parezca es necesario) y tenemos una dinámica acerca de la pasión y muerte de Jesús. Acabamos y nos dicen lo que tanto hemos esperado por más de un mes: vayan a buscar las bolitas de unicel que están en todo el rancho, cada bolita tiene un nombre y un color, ¡el color que les toque es el de su frate!

Bueno pues ahí nos ven a todos buscando por todos lados. Encuentro mi bolita, color celeste, volteo y veo a Caro y a Chayo con un cartelón que decía en letras grandes y también de color celeste: ¡Frate Aqua! Voy con ellos y todo indica que era Ale la que estaba ahí también antes que yo, claro que en ese entonces era una desconocida para mí. Se acerca más gente: un tal Paco (decían los rumores que era una verga, pero yo no lo creí), una güerita que se hacía llamar Andrea, la famosísima Gabby Castro, y Anny, que ya había platicado con ella en el camión (Anny fue la penúltima de todos en encontrar su bolita). Cabe mencionar el hecho de que yayo fue el último de todo misiones en encontrar su bolita por mucho y necesito ayuda para encontrarla (¡Saludos carnalazo!). En ese entonces no estaba del todo emocionadísimo con mi frate, cosa que no puedo justificar si no es diciendo que después me dí cuenta del error en el que estaba. Creo que mucho de esto se debe a que en ese instante aunque no lo crean no estaba del todo convencido de que era a lo que iba (todavía existía en mi mente la vaga idea del simple alejamiento de monterrey y las preocupaciones diarias para descansar).

Entonces nos alejamos de los demás hacia una roca que estaba en medio del zacate y nos ponemos a platicar un poco. Los guias, Chayo y Caro, nos piden nuestros "mails" y teléfonos y entonces que hiciéramos entre todos una porra de la frate (si, así como se oye). Después de muchas propuestas, unas más buenas que otras, nos decidimos por algo más o menos así:

Dirigente: ¡Yo soy!
Todos: ¿Quién?
Dirigente: ¡De la frate aqua!
Todos: ¡Que si, que no, de la frate aqua!

Dirigente: ¡Yo soy!
Todos: ¿Quién?
Dirigente: ¡Un misionero!
Todos: ¡Que si, que no, soy un misionero!

Dirigente: ¡Yo voy!
Todos: ¿A dónde?
Dirigente: ¡Yo me voy al fresno!
Todos: ¡Que si, que no, yo me voy al fresno!

Dirigente: ¡Yo voy!
Todos: ¿A qué?
Dirigente: ¡A llevar a Cristo!
Todos: ¡Que si, que no, a llevar a Cristo!

Y por lo general acabábamos juntando las manos diciendo: ¡1, 2, AQUA!

¡Era divertido aunque no parezca! Bueno terminamos con esto y hubo una especie de descanso, nos pusimos a jugar con una pelota de fútbol, lo que lógicamente terminó en un mini torneo intra-frates (que prefiero omitir como nos fue si me permiten). Después tuvimos una plática con un misionero de corazón. Nos cuenta este tipo como en su primera misión (creo recordar que fue en durango) se encariña mucho con un niño y una niña, y a la niña le deja sus lentes de sol. Regresa el misionero 3 o 4 años después y se lleva la sorpresa de que es reconocido y la alegría de que la niña conserva sus lentes y el niño, que ya trabaja, lo recibe con gozo. Después de esta anécdota nos cuenta un poco de lo que es ser un misionero y terminamos con una hora santa. De esta hora santa puedo recordar sobre todo la canción "Saliendo del pretorio" cantada por Ivonne (voz privilegiada, actual directora del DIP). Recuerdo el impacto que tuvo en mí esta canción que narra como Jesús es maltratado y aún así pide misericordia hacia nosotros. No puedo describir lo que sentí con claridad en parte por que no lo recuerdo, lo que si se me quedó bien grabado es que cada 3 o 4 palabras se me ponía "chinita" la piel. Terminando el retiro me encontré sorprendido por una sensación de alegría.

En las siguientes juntas ya conviviendo más con la frate nos dimos cuenta de que no sabíamos absolutamente nada. Me pidieron que fuera guardián del santísimo y ministro extraordinario de la comunión. - ¿Qué es eso? - Tú no te preocupes, luego va a haber cursos. Queda grabada en la memoria de todos la primera junta como frate en casa de Chayo donde vimos todo acerca del viacrusis y pedimos pizza. A pesar de haber tenido 2 o 3 juntas de frate para discutir cosas como los disfraces del viacrusis y quien iba a dar cada platica, no les miento si les digo que faltaba menos de una semana de la misión y lo que sabía (voy al fresno, a mí me toca dar catequesis a adultos, soy ministro extraordinario, no debo de aceptar cigarros ni bebida, debo mostrarme alegre y dispuesto) era mucho menos que lo que ignoraba (¿Qué es una catequesis, ¿qué es un "visiteo"?, ¿qué temas vamos a dar? ¿qué son "binas" y "trinas"?). Esto nos empezó a preocupar a la frate ya que Chayo era inlocalizable, y se entiende. Sin embargo optamos por hablar con Lalo (malamente) y la verdad es que nos tiró un parote un memorable día después de una boteada en Gómez Morín, explicándonos el montón de cosas básicas que no sabíamos en el Starbucks de cumbres, complementado más tarde con Caro y su laptop (¡Saludos Madre!).

(todavía falta, y mucho)

jueves, 18 de octubre de 2007

Tren

El joven veía lo que venía, veía venir el tren. ¿Por qué no se movió? Tenía la radio apagada, las ventanas abajo, el tren pitó, los demás carros pitaron, incluso uno que otro conductor (o conductora) le gritaron con fuerza para que se moviera. Podemos afirmar que vio venir el tren. ¿Por qué no se movió? No estaba atorado. Tenía la salida fácil, era cuestión de pisar el acelerador. ¡Pero que tarea tan difícil! No lo culpo. Tenía que quitar el pie del freno, levantarlo a una altura considerable para que no se fuera a trabar con el otro pedal, eso sin mencionar que le acababa de picar un mosquito (malditos seres) en el dedo chiquito del pie por lo que resultaba horriblemente incomodo cualquier movimiento, y finalmente aplicar una fuerza considerable para que el carro se moviera. ¡Qué fastidio! Las cosas deberían de ser más fáciles. Los carros se deberían de mover por sí solos. El joven no quiso hacer tal esfuerzo, bueno, si quiso. El tren viene muy lejos, se dijo, tengo tiempo. Ya se viene acercando pero no importa, tengo tiempo, ahorita tengo mucha flojera y ¡hay como me da comezón ese piquete! Ya viene más cerca, bueno a final de cuentas ¿qué tan fuerte puede estar el golpe? siempre he sobrevivido a esta clase de accidentes y al final las cosas me salen. Pum.