lunes, 29 de septiembre de 2008

El día en que la fé movió la montaña


Se imaginará el lector creyente la alegría que puede uno sentir al sentir el poder de Dios en su vida, sobre todo en mi caso que era una de las primeras veces que en verdad lo sentía. La historia de Chayo y Andrea trajeron a la frate una nueva ola de ánimo y esperanza a pesar de la poca respuesta del pueblo. A la hora de la catequesis ¡oh sorpresa! ¡llegaron dos niños del molino para escuchar lo que teniamos que decir! En verdad es algo de considerarse si pensamos que la distancia para llegar en verdad era mucho más larga de lo que parecía. En esta ocasión, si mal no recuerdo, se había invitado a las señoras a jugar a la chalupa y vinieron más que los días anteriores. Incluso fue un señor: el buen don César. También había más jóvenes y nos enteramos de un chavito que era evangelico ¡y estaba dispuesto a escuchar lo que teníamos que decir!

Una anécdota curiosa pasó ese día. En algún punto de la tarde estabamos jugando futbol con los chavos del pueblo, y de pronto me di cuenta que se me había caído la cruz que tenía colgada al cuello. Esa cruz que significaba mi envío misionero y inicio en ese apostolado. El campo estaba cubierto de maleza y parecía una tarea imposible buscar el pequeño crucifijo. Aún así lo busqué por más de media hora, hasta que Chayo me preguntó que estaba haciendo. Le platiqué la situación y su respuesta fue simplemente: "tu tranquilo, ten Fé". Entonces Chayo da dos o tres pasos, se agacha, y ante mi asombro levanta la pequeña cruz en su mano. Para el escéptico será suerte, para mí y espero que para cualquier creyente que lea esto, sepa que que la Fé de Chayo una vez más se demostró.

La hora de la celebración empieza a llover y van 3 o 4 personas. Increible que después de tener una catequesis tan llena, tuvieramos una celebración de la palabra, que es más importante, vacía. Teníamos la sensación de que todo iba bien cuando en realidad las señoras iban a la catequesis por la chalupa, los niños para jugar y los jóvenes por el fucho. Regresamos un poco desanimados, y en algún punto (no recuerdo si fue por que fuimos a casa de doña pau o simplemente ibamos regresando de la celebración y queríamos descansar) intentamos entrar a la cocina y estaba cerrada. No lo podíamos creer. El día estuvo impresionantemente lleno de altibajos y este era el colmo. Si mal no recuerdo, de alguna manera Castro tuvo la culpa, y no pude evitar sentir algo de rencor hacia ella por los problemas que ya había en la frate, creo que esto quizá ella ni siquiera lo sabe.

Le batallamos un rato. Todas las ventanas estaban cerradas y los niños se pusieron a ayudarnos. Finalmente conseguimos un martillo y no recuerdo como pero logramos abrir la puerta que estaba cerrada por dentro. En caso de que tenga alguien curiosidad, el letrero que trae Chayo dice: "prohibido cerrar".

Más tarde esa noche vimos que se acercaba un carro. Era Daniel en la frate movil. Realmente a estas alturas ya no sabía ni que esperar. Fuimos a saludarlo y viendo la situación de la frate y el pueblo, resolvieron tener una hora santa dirigida por Daniel. Quisiera poderla describir, pero realmente no puedo. Lo único que puedo recordar es que después de la velada se sintió más unión entre la frate y la sensación de que no estabamos solos.

Este día Ale empezó a quejarse de un malestar...

sábado, 20 de septiembre de 2008

¿hasta cuando?

Sentado escribía. La mano en la sien implica desesperación. ¿Hasta cuando Señor? Tus hijos asesinan, secuestran, violan, atacan. Tus hijos pecan. Tus hijos son todo menos hermanos entre sí. Cada día su corazón agusanado se corrompe más. Y así, con cada nueva noticia, con cada nuevo evento, somos cada vez más indiferentes.

Si solo las personas "malas" o enemigas del Reino, fueran las que pecaran y alejaran a los hombres de Dios, no habría tanto problema. De un enemigo esperas problemas y adversidades. ¡Pero tú! ¡Tú que te dices su hijo y lo traicionas! Un día Lo amas con todo tu corazón y quieres gritarle al mundo que ha resucitado, pero al siguiente entra en tí la indiferencia y la tibieza y no haces nada al respecto o obras en Su contra. Y es que no hacer nada es lo mismo que ir en contra. Por que como ya he dicho, no es tiempo de niñerías, es tiempo de santidad. Si nos quejamos de tanta violencia en nuestro mundo, país, ciudades y colonias, y ya nos dimos cuenta de que las soluciones de los hombres no han llegado a ningún lado, pues hay que tratar algo nuevo, algo insólito que quizá la gente se imagina pero que no tienen idea hasta que grado puede llegar. Es el amor de Dios, la redención de nuestros pecados por Cristo y la gracia que sólo el Espíritu Santo puede dar.

Si actuamos en su nombre y en el camino a la santidad, otra cosa sería. Seguiría habiendo enemigos, pero al menos los enemigos serían conocidos y declarados, no como ahora que se encuentran silenciosos hasta en nuestra propia casa. Y entonces podríamos verdaderamente hablar de la construcción del Reino aquí en la tierra. Si no somos parte de la solución, somos parte del problema y el que no está con Cristo está contra Él.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Y Chayo habla:


(adaptación de las palabras de Chayo, apóstol de nuestro Señor Jesucristo por el amor de Padre y la gracia del Espíritu Santo y hermano mío en Cristo Jesús)

Fuimos de visiteo Andrea y yo como los días anteriores. De toda el área que nos tocaba visitar, tan sólo una señora nos abrió la puerta. Después de platicar un poco con la señora, nos menciona de unas casas que casi nunca son visitadas por los misioneros. El lugar se llama "el molino" y se encuentra "por este camino todo derecho". Decidí junto con Andrea aventarme la caminata. Imagínense ahora un camino de terracería. Como esos de las películas que se pierden en el horizonte. No había nada a la derecha y nada a la izquierda: solo camino. Después de un buen rato de andar, nos topamos con un caballo y su niño (¿o era al revés?) y le preguntamos por el molino. El niño quitado de la pena nos dijo: "¡¿el molino?! nembe todavía le cuelgan unos kilometros"

Nos desanimamos un poco pero seguimos caminando, el calor era impresionante y no había ni una sombra en donde descansar y además se nos había olvidado llevar agua. Después de un rato me acuerdo que vimos a nuestra derecha un cementerio. Mientras estaba viéndolo, sentí como el morral golpeaba contra mi pierna a cada paso. Decidí sacar la Biblia, que era lo único que traía y le dije a Andrea que la abriera para ver que nos decía el Señor. La primera frase que se leía al abrirla decía: "Sigan por este camino". La impresión en los dos no se dejó esperar y con ánimo renovado seguimos caminando más felices y con más amor.

Entonces poco a poco se fue acercando un árbol, él único alrededor que daba una sombra decente. Decidimos descansar ahí pero cuando nos acercamos vimos a un señor de sombrero y machete acostado a lado de su bicicleta. Preguntamos por el molino y cual sería nuestra sorpresa cuando nos contestó: "están en él". No se veía nada alrededor. Preguntamos por las casas y nos pidió que los siguieramos. Fuimos (nosotros caminando y el en bici) por una pequeña brecha que se abría por entre el monte. Después de un rato me empezé a preocupar por que el señor iba muy callado y traía un machete, además de que cada vez ibamos por caminos más metidos y dificiles, por lo que me puse adelante de Andrea.

Pronto descubrí que mis miedos eran infundados: llegamos a tres casitas muy humildes que pertenecían a una sola familia encabezada por un señor y una señora mayores. Alguien pensaría que tanto caminar para llegar a tres casitas es algo poco práctico. Pero la manera en la que nos recibieron fue algo para recordar. El agua de noria que probé, no sé como pero estaba más fría que si estuviera congelada y es el agua más rica que he probado en mi vida. Nos recibieron con un amor impresionante y aún teniendo muy poco, nos lo ofrecieron, y tuvimos un muy buen rato de plática con ellos. La efusividad y habilidad para platicar de Don Telo, un señor alto, de sombrero y botas, moreno y de ojos verdes, era algo impresionante. Las tres generaciones de la familia se notaban sedienta de Dios y increiblemente alegres de recibir a los misioneros y platicar con ellos.


La alegría que sentíamos cuando Chayo terminó de hablar no se puede expresar con palabras.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Compañeros del camino

El camino es largo y dificil, está por demás decirlo. Tropezamos (¡vaya que si tropezamos!) y nos levantamos. Está claro que sin Su ayuda sería imposible alcanzar la santidad. Su ayuda viene en muchas formas: gracia, bendiciones, cachetadas de guante blanco, etc. Pero hoy quiero analizar una en específico: la comunión de los santos.

Dice una frase acerca de los seminaristas "gracias a tu oración, será sacerdote". Y es cierto y no sólo aplica a los seminaristas. La interceción entre los miembros de la Iglesia, tanto peregrina como purgante y triunfante, es fundamental para la vida en santidad. Esa comunión que existe entre las personas santas (estar en gracia es estar en estado de santidad) es un "recurso" o gracia que nos da Dios que no podemos desaprovechar.

Lo bueno de esta comunión es que no se limita a la comunicación como la conocemos los pobrecitos hombres. Esa comunión de manera mística podemos sentirla personalmente al momento de la oración, intercesión y penitencia por algún hermano. Basándonos en el hecho de que "si un miembro del cuerpo sufre, todo el cuerpo sufre" y viceversa, podemos afirmar que esto es verdad. Y más aún, ésta comunión no respeta tiempo ni espacio.

Así, intercediendo unos por otros en nuestros defectos, debilidades y problemas podemos fomentar con mayor eficacia una vida en comunidad. Si yo pido por mi hermano que está pasando por un momento dificil, o de prueba, o simplemente de trabajo intenso, o si pido por que tenga sabiduría o sepa discernir, se santifica él y me santifico yo. Siguiendo éste principio de circulo de oración como lo verían algunos o comunión de los santos como lo veo yo (la diferencia está en que la comunión es constante y en todo momento) nos podremos acercar más a una Iglesia más santa.

Juntos en la comunión que el amor por Cristo nos da, podemos hacer cosas increíbles en Su nombre. Sintamos pues Su amor en el amor de y por los demás, sólo entonces podemos realmente llegar a la santidad, meta última de todo cristiano. No dejemos entonces de orar por las intenciones del Papa y su Iglesia y de interceder unos por otros ante Dios nuestro Padre.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

¡quien se sabe hijo de Dios no deja lugar para la tristeza!

No es lo mismo tristeza que dolor. La tristeza viene del alma, es profunda y quita toda la felicidad de nuestro ser. La tristeza corrompe y envilece. Hace que los metros se hagan kilometros y los segundos horas. Atrofia los sentidos y entorpece la razón. Asegura el daño al corazón y lo hace permanente. Corta la conexión con el amor y puede llevar al odio. Hace daño a la amistad y la lleva al fracaso. Se puede evitar con la alegría intrínseca que nos da el amor. Y se debe evitar por que de no hacerlo lo mata. Puede llevar a la depresión y a la apatía, a la iseguridad y la autocomplacencia, a la muerte y al pecado.

El dolor por otro lado es diferente. Es inevitable por que es consecuencia directa del sufrimiento que es característica intrínseca de la vida (a veces más, a veces menos). El dolor se carga como cruz y santifica. Fortalece los sentidos y mueve a la razón. Habiendo dolor en el corazón puede (y debe) haber alegría en el alma. Alegría fundada en el amor de Dios hacia nosotros, de nosotros hacia Dios, y del amor hacia y para el prójimo. La cruz hace llevadero el dolor, hace contacto la distancia y evento el tiempo. Contacto por que sientes al ser perdido(en todos los sentidos)/distante/ausente en tu corazón. Y evento por que el tiempo deja de ser expectante. Ya no existe el "¿cuánto falta?", si no los recuerdos y la esperanza. El corazón no se daña, si no que se hace más fuerte. Asegura la conexión con el amor ¡y lo hace permanente! Encuentra lazos en la amistad y la hace superar toda barrera. Y sobre todo, nos acerca más a Dios y a su misericordia.

El Señor no te va a dar una cruz que sepa que no puedas cargar. Pero necesitas tu cruz para santificarte. "el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discipulo" (Lc.14,27)

martes, 2 de septiembre de 2008

Esta tarde vi llover

Y duele. Duele cuando mi amiga se enoja. Duele más cuando no quiere verme. Duele todavía cuando tanto la extraño. También duelen las veces que serían y no fueron.

Duele la noche sin estrellas nublada. Duele el intento de olvido que quiere alejarte. Duele que no puedo olvidarte. Duele que no pienso olvidarte.

Duele la voz que taladra mi mente. Duele la lágrima negra en mi mano. Duele mi ser por que no puedo verte. Por que no quieres verme.

Duelen los juegos (¿juegos?) que te da por jugarme. Duele que pienses que yo también juego. Duele que pienses que yo te hago daño. Sabiendo bien que no puedo hacer nada.

Y duele. Pero duele más cuando quieres que duela.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Distance shall not consume us

Since i've been gone, there's not a day i don't think about all and every single one of you. Those people who have captured, conquered and are the owners of my heart. Since friendship, thus love, is not a feeling, it cannot go away with something as simple as time. It takes a lot more to destroy love, and I believe there are only two ways: that I want to stop loving you, or that you want tu stop loving me. So let's be calm, there's no risk that distance or time will destroy, or even harm, our friendship.

You may tell me that after a while it wouldn't be the same. Well I think that's one of the greatest lies you can tell. It wouldn't be the same if this was what we call friendship nowadays. People often call "friends" the people they hang out with, or the people they party with, or talk to. Is that a friend? Friendship should go way beyond that. I won't try to tell you what a real friend is, because you know it. But try to remember all the characteristics that make ours so special.

First of all, we share our love for God, and therefore the love of God for us. That, more than friends makes us siblings. From there, I can tell that we share a love greater than any trivial or simple sharing of simpaties. Our friendship goes farther than a simple likeness. There's a point (of no return) where the likeness among friends goes in a radical way from "feeling good" or having a good time, to really caring about each other. When someone gets to that point, and i'm sure we have, there could be any barrier possible that you can imagine, and after we meet again, things will be exactly the same.