sábado, 31 de mayo de 2008

Ideal

¿Dónde quedaron aquellos hombres que a punta de espada y lanza defendían con la vida sus principios, sus mujeres, su patria y su honor? ¿Dónde quedó aquel caballero cruzado que antes era muerto que blasfemo, antes frias sus carnes que pecador, antes atravesado por una lanza que faltar a su palabra? ¡¿Dónde están aquellos santos dispuestos a ir contra corriente cueste lo que cueste?!

Si tan sólo los jóvenes de hoy en día tuvieramos la mitad del valor, el coraje, la osadía, para defender todo aquello que creemos correcto. ¡Aquello por lo que vale la pena morir! Es increible ver en la calle a un homosexual gritando ¡Soy puto, y que! y al mismo tiempo ver cristianos avergonzados de su fe. Por que está de moda la mediocridad, está de moda la apatía, ¡está de moda la indiferencia hacia Dios! 

Aún las personas supuestamente más cerca de Dios y de su Iglesia tiemblan ante el compromiso.  Al final los más cristianos terminan siendo cristianos mediocres y los menos cristianos terminan siendo peor que los ateos y paganos. Desgraciadamente me sumo al sinnúmero de personas que tenemos el impulso inicial pero que no somos capaces de dar el segundo paso y rechazar por completo el pecado para seguir a Cristo en cada paso de mi vida. Son contadas las personas que hoy en día en verdad se rasgan las vestiduras y se dan de topes por ver lo que creen y lo que profesan hecho una realidad.

A esto hay que sumarle la ignorancia que reina en el mundo cristiano, en el que la mayoría de los supuestamente más avanzados en el camino de la fe no conocen en su totalidad ni siquiera las verdades más básicas del catolicismo. Y lo peor de todo es que la mayoría no hace nada para remediarlo. Muchos prefieren seguir en feliz ignorancia, acatando las partes de su religión que les gustan pero sin sentir deber hacia más, sin sentir esa sed de conocimiento de un incanzable Sto. Tomás de Aquino, la humildad de un San Francisco, etc. 

Espero con ansia el día en que la gente comprometida con Dios y con su religión se deje de necedades y se dedique a lo que dice dedicarse. El día que una mínima cantidad de personas se dediquen a seguir a Dios como es debido: obtener una fe exponencial, rechazar el pecado incluyendo el venial, centrar sus esperanzas en Dios, buscar la verdad con pasión, y amar como ya nadie ama el día de hoy. Un amor de hermanos que el fuego del mundo no puede consumir, y que si se transmite debidamente puede llegar a iluminar el mundo entero.

¡Cave adsum!