martes, 21 de agosto de 2007

La sensación de un niño cuando sube por primera vez a un avión

domingo, 19 de agosto de 2007

El camino (primera parte)

Yo Ramiro Alonso Cepeda Gil, me siento dichoso y orgulloso de decir que acabo de vivir uno de los fines de semana que quizá me haya marcado para siempre, o al menos por una buena parte de mi vida futura.
Para ubicarnos en el contexto: Yo entré a formar parte de un grupo llamado Diec (Desarrollo Integral En Cristo) por medio de un retiro especialmente diseñado para raza de prepa(llamado Mystery Nights), el cual se llevó a cabo en Octubre del 2006, fui invitado por dos amigas muy queridas. El retiro estuvo de lo mejor, y me llamaba mucho la atención la manera de trabajar de estas personas. Para mí eran nuevas ciertas cosas como por ejemplo dinámicas de integración que en el liceo estamos predispuestos a ver como "estúpidas" demostraron ser en una gran medida efectivas. Hay un elemento sorpresa que se mantiene a lo largo del retiro pues nunca sabes lo que sigue (Hasta te llegas a desesperar por la frase: "Vive el momento"), sorprendiéndote con dinámicas impresionántemente simples y a la vez efectivas. Por motivos de confidencialidad del retiro no se me está permitido dar muchos detalles acerca de este retiro, sin embargo si puedo mencionar el hecho de que viví mi primera hora santa meditada, enfrente del Santísimo, de toda mi vida y fue algo que realmente me impactó (junto con muchas otras cosas a lo largo del retiro) y quizá fue en ese entonces donde se encendió una microscópica lengua de fuego aún invisible en mi corazón, pero aún así me inquietaba.

En fin después del retiro fui invitado a "juntas" que más bien son pláticas de diversos temas ya sea de teología, apologética, ética religiosa o temas actuales. Aun que me gustaba ir a las juntas la mera verdad es que nunca fui muy constante que digamos. Llega navidad, algunas personas me menciona como quien no queriendo y de pasada algo sobre unas misiones de navidad, lo cual no me llamó ni en lo más mínimo la atención y respondía al que me llegara a invitar de misiones: "hace mucho frío" "no me late" "no creo que sea mi forma favorita de evangelizar (Cosa que luego comprobé absolutamente falso)". Seguí entonces con mi apostolado se puede decir que tibio, mediocre o, por no ser tan crueles, falto de conocimiento de cual era el camino a seguir.

En febrero se lleva a cabo una jornada llamada "Una noche distinta", la cual cabe mencionar tuvo sus instantes bastante interesantes. Por ejemplo, antes de la jornada se llevo acabo un torneo entre todas las ramas del Diec, al cual no pude asistir por el trabajo con mi tío el sábado en la mañana (Sí, trabajo los fines de semana con el hermano de mi mamá que tiene un consultorio de medicina familiar). Entonces al terminar mi turno (alrededor de las 2 p.m.), me dirigí hacia el seminario donde se estaba llevando acabo el torneo. Pues por razones que sólo Dios sabe, sucede que una compañera se tropieza y siente mucho dolor en el pie. La ofrezco a llevarla con mi tío, quien le recomienda radiografías. Para este entonces sabíamos de una posible fractura y por lo tanto la imposibilidad de que participara de la jornada. Entiendame el lector que para poder comprender la gravedad del asunto hay que recalcar el hecho de que esta niña enserio se moría de ganas de vivir esta jornada.
La jornada en sí fue una experiencia muy padre. Llegamos la noche del jueves, empezando con unos ricos tamales para luego proceder a un rally muy interesante. En términos generales en cada estación te hacían reflexionar, un fantasma de un personaje bíblico que te contaba su historia y la mayoría de las veces se preguntaba sobre cierto aspecto de la vida en el 2007 (maneras de vestir, pudor, violencia, terrorismo, etc.) a lo cual te quedabas pensando muchas cosas. Terminamos con una hora santa muy emotiva, pues la mayoría de nosotros, creo yo, seguimos pensando en el hecho de que nuestra amiga estuviera en Monterrey con el pie roto y nosotros ahí, concluimos que hay planes de Dios que no podemos llegar a comprender en su momento. Después de la hora santa sucedieron muchas cosas.
Jugamos cartas un rato, hubo tiempo para tocar la guitarra y cantar y pensar en la vida, después (como a las 4 a.m.) descubrimos que la camioneta de una de las formadores decidió que era el momento justo para hacernos saber que tenía una llanta ponchada. Fue un pancho para cambiar la llanta por que por razones desconocidas la llanta ponchada no cedía. Después de eso decidimos preparar café, que, aun que no había suficiente azúcar más que para una taza cada quien, terminamos por toarnos unas 4 por cabeza. Entre juegos de pañol y risas y pensamientos nos voló la noche. Dieron las 7 de la mañana en el reloj de la cafetera, y la mayoría (en realidad todos menos yo) decidieron acostarse ahí mismo a la interperie con unos sleeping bags para intentar visitar a morfeo aun que fuera por un par de horas.
He aquí donde podemos ver las consecuencias de una mente ociosa, pues había estado intentando con terquedad sacar las mañanitas de oído en la guitarra desde hacía dos horas, y para la hora en que se acostaron había triunfado (cosa que considero fue una proeza pues prácticamente era la segunda vez que agarraba una guitarra más o menos enserio). Bueno para esto, algunos de los que estaban ahí tenían que estar a la fuerza a las 10 a.m. en el regio para una junta de misiones, de lo contrario su ilusión por ser misioneros esa semana santa sería frustrada. Acabando de realizar mi proeza, mi ociosa mente se puso a trabajar maquinando un plan maligno. Mis ojos repararon en el reloj de la cafetera que marcaba las 7:01, recordé la situación de los del regio y el hecho de que estaban tan cansados que muy probablemente entrarían en un estado de sopor y somnolencia en cuestión de segundos después de haberse acostado. Me paro de la banca en la que estaba sentado, dejando la guitarra de lado e intentando hacer el menor ruido posible. Me dirijo hacia la cafetera. 7:01...8:01... 9:01...10:01. Retomo mi posición con la guitarra y digo:
- Pollo! We! ¿no se tenían que ir con daniel temprano para la junta de misiones?
(pollo se reincorpora y mira el reloj)
- ¡Ya son las diez!
(sobresalto general)
Gritan a Daniel, (que estaba dormido dentro de su Peugeot gris tranquilamente) y el los voltea a ver mientras le hacen señas poniendo el dedo índice en el reloj y con cara de preocupados. Daniel se limita a mostrarles el pulgar y se vuelve a acostar. En el momento en que me vieron tirado en el suelo revolcándome de la risa creo que empezaron a sospechar, e hicieron comentarios despectivos maldiciendo. No lo podían creer cuando les dije que habían dormido tan solo un minuto, incluso hubo quien llego a decir que sintió que durmió por lo menos una hora.
Lo que siguió de la mañana lo vivimos con cara de zombies y hubo quienes todavía reímos por comentarios y acciones de poco valor humorístico, (entiendase estupideces) muy probablemente por los todavía vigentes efectos farmaceuticos de la cafeína. También fue divertido despertar a las mujeres con una trompeta que traía Daniel. El hecho de que los hombres del grupo hayamos tomado la decisión de evitar dormir por toda la noche nos hizo vivir experiencias de fraternidad que en ningún otro lado ni momento hubiéramos podido.
Gran parte de la importancia de esta jornada radica en el hecho de que a partir de entonces mi relación con el grupo de juvenil en general creció y empecé a seguir con más continuidad a las juntas.

Continuará...