lunes, 2 de febrero de 2009

La pérdida

"¡Pero Sally! ¡No puede ser!"

"Lo sé, y es lo que más me duele Shago, no sé como pudo pasarle lo que le pasó. Todavía hay noche en las que puedo recordarla, incluso sentirla cerca u oír su voz. Ha pasado mucho tiempo y todavía la extraño, en verdad quiero que vuelva" dijo Daniel al mismo tiempo que una lágrima resbalaba por su rostro.

"¡¿Cómo pasó?! ¡Con razón todos estaban actuando tan raro, llevo una semana en la ciudad y nadie me había dicho nada!"

"Fue algo muy repentino. Fui con ella a cenar como tan seguido lo hace...hacíamos. Daniel hizo una pausa larga.

"Continúa porfavor" dijo Shago, su voz apenas salía.

"Se nos alargó la plática y no salimos hasta que cerraron el lugar. Ya vez que a Sally le gustaba mucho caminar, así que nos fuimos juntos. Ya estabamos llegando a casa de Sally y en eso apareció de la nada frente a nosotros, aprovechando la oscuridad, un ladrón. Inmediatamente le di mi cartera, tenía una pistola bajo la camiseta y no tenía cara de estar jugando. Pero tu sabes que Sally siempre fue muy orgullosa, no le quizo dar su bolsa.

"Soy alguien razonable, dame la bolsa y no les haré daño" dijo el hombre mientras apuntaba a Sally. No pude resistir que le estuvieran apuntando, así que aventé a Sally hacia atrás y me puse entre ella y el cañon de la pistola.

"¡Apuntame a mí, dejala en paz" dije. Entonces Sally hizo algo que nunca me perdonaré no haber evitado: le escupió al ladrón. Lo siguiente que supe fue que yo estaba en el suelo con un dolor de cabeza tremendo, recordaba haber oído un disparo pero no me sentía herido y en mis oídos retumbaba un eco sordo. Se oían los pasos retumbantes del ladrón corriendo a lo lejos y sentía la mano de Sally apretando fuertemente la mía. Entonces su mano dejó de apretar."

Hubo un silencio de esos que duran para toda la vida y que ambos quieren romper pero no saben como.

Finalmente Shago habló debilmente. "Por estar en Canadá no pude estar con ella en todo el semestre, ni verla, ni oír su voz, ni siquiera pude decirle qu...¡que la quiero mucho!" decía al mismo tiempo que rompía en el llanto que todo este tiempo estuvo intentando controlar.

Daniel no sabía que hacer. Se sentía sumamente incómodo, no sabía como consolar a Shago. Por su parte todo el semestre había intentado olvidar como perdió a su amiga y en esa noche todos los recuerdos parecían estar vivos en su mente y quemaban su corazón.