viernes, 24 de septiembre de 2010

Fiesta

Estábanos en casa de alguien, en una noche de tragos, música y gritos. Recibo una llamada y le cuento a D. de la situación para hoy: "Estamos en casa del de la casa,de ahí nos pasamos al otro lugar, no sólo R. y yo, si no todos los que estamos aquí, y después regresamos a seguirle otra vez". Me está contestando y diciendo algo sobre que va en su camioneta cuando de pronto cuelgo porque ya se están marchando todos. Sigo a la turba apresurada, para entonces detenerme al ver sobre una mesa, redonda, de madera clara, una hoja tamaño carta con un mensaje a lápiz y letra de molde casi perfecta. Y entonces comprendo que la razón de la prisa no es la urgencia de seguir de fiesta, si no la narco-amenaza ahí expresada.

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