sábado, 28 de marzo de 2009

Ardilla

Estaba en mi oficina (Arriba del borrego, tercera mesa a la derecha), cuando de pronto una ardilla que va corriendo por el barandal se para a dos metros de mí. Levantóse como suelen hacerlo y me miró fijamente. Las ardillas no hablan a menos a que se les pregunte algo (como todo mundo sabe), por eso se me hizo extraño que esta se parara tan quitada de la pena y me mirara con esos ojos. Eran ojos que inspiraban confianza así que me aventuré.

- ¿te puedo ayudar en algo?

- No, para eso estoy yo aquí

- Pero yo no necesito ayuda

- ¿Seguro? Me dijo un pajarito que te habías salido del camino.

- Pájaros chismosos. Es correcto, ando medio pérdido pero ¿cómo me puedes ayudar?

- No sé, solo traigo un mensaje

Debí suponerlo, las ardillas no sirven para otra cosa. El mensaje me lo entregó por escrito en un papel semi arrugado y lo pongo a continuación:

Por decreto real del Padre se te informa que la mayoría de tus encargos y responsabilidades peligran debido a tu descuido en el ámbito educativo/estudiantil. Se te solicita especial atención en ese aspecto ipso facto con la advertencia de que de no cumplir con la encomienda que se te ha dado se te desobligará de todas tus otras ocupaciones hasta que el error sea corregido

Ahora bien, eso fue claro.

)2.

1 comentario:

Karla Edith dijo...

:O no creo que sea señal de cordura el empezar a hablar con ardillas.. muerte al tec! cuac cuac.. como si fuera posible jajaja

a echarle ganas hermanitoooo.. hay pocos soldados y no queremos más bajas :S