martes, 19 de agosto de 2008

¿Por qué aventarse?

Se puede describir como el hecho de aventarse a un río. ¿Por qué te aventaste al río? Aún no lo sé. Se puede describir como aventarse a un río con ropa en época de calor. No es que el calor sofoque, por el contrario, es muy agradable. El olor de las flores es mágico y el verde es intenso. Hay bichos pero ¿a quien le importa en un paisaje así? Aún así parecería una buena idea aventarse al río. La corriente ni siquiera se ve fuerte, el agua está profunda y las posibilidades son infinitas. El río no tiene ningún atractivo particular. El ambiente de alrededor, como ya dije, es agradable. Pero aún así hay algo que llama a aventarse. Aún estando totalmente vestido. ¡especialmente por estar totalmente vestido!

¡qpluash! (mala onomatopeya)

Todo es de un color azul verdoso, pero solo eso. No hay más. Se empieza a distinguir el fondo submarino e incluso algunas manchas verduzcas más oscuras que bien podrían ser plantas. Pero hay que respirar. El respiro del nuevo nacimiento es inspirador. Revivió. Pero ahora se flota a la deriva. La ropa hace que el sentimiento sea especial. Por que cuando uno nada con la vestimenta diseñada para tal actividad, el agua se adapta al cuerpo y los movimientos son libres y dirigidos. Sin embargo con camisa, pantalón y zapatos de por medio, parececiera que a cada movimiento dirigido por la propia voluntad, hubiera dos dirigidos por la fuerza del río. Pero no en el mal sentido, si no en el sentido agradable. Flotar a la deriva sintiendo que el resultado de tus movimientos es complementado por una fuerza superior. Y ya se saldrá alguna vez a tierra firme. Y el calor placentero os secará las ropas. Y el descanso después de ir contra una corriente que es más fuerte de lo que parecía será el descanso más agradable que jamás podrás tener.

Por eso, a persinarse y aventarse

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